jueves, 24 de julio de 2014

En la calle codo a codo

Desde el 7 de julio, cuando Hamás lanzó el primer misil, han muerto 718 palestinos, de los cuales 121 son niños, y hay cerca de 4500 heridos. Del otro lado del muro, han fallecido 29 soldados israelíes y tres civiles. La respuesta de Israelbautizada como Operación Margen Protector, comenzó el 8 de julio y según afirma el gobierno israelí tiene como único objetivo desarticular a Hamás en la Franja de Gaza. Sin embargo, los civiles son los que están sufriendo esta ofensiva que ya lleva diecisiete días. En Uruguay, cerca de dos mil personas se manifestaron el 22 de julio en repudio a las acciones de Israel y en solidaridad con el pueblo palestino.

La convocatoria era a las 19 horas, pero veinte minutos antes el tumulto de gente en la explanada de la Universidad de la República se hacía notar a lo lejos. Pancartas del tamaño de una hoja A4 y otras que medían el doble, el triple o más. Las consignas eran muy claras. Era el grito de un puñado de uruguayos solidarizándose con el pueblo palestino y manifestándose contra Israel por los “crímenes de guerra” y “de lesa humanidad” cometidos en la Franja de Gaza en los últimos días.  Banderas de Palestina. Algunas usadas de capas, otra flameando alto. Un niño la llevaba pintada en su rostro, serio y rígido, como para intentar ocultar la mirada desoladora que proyectaban sus ojos. El cielo estaba completamente gris y la amenaza de lluvia era inminente, pero resistió. “Por lo menos el clima está de nuestro lado”, dijo al pasar un señor de boina negra con una bandera palestina en la mano.

El grupo humano allí presente era de lo más heterogéneo y se dividía en distintos grupos reducidos: habían muchos jóvenes -con sus barbas tupidas, sus cabelleras negras y sus termos bajo el brazo- pero también muchos canosos y canosas con anteojos circulares, bufandas gruesas y paraguas negros. La mayoría de los presentes llevaba puestos "kufiyya", que son los clásicos pañuelos blancos y negros que se usan en el Medio Oriente y que actualmente suelen vincularlos a la causa palestina. Algunos lo usaban en el cuello, otros en la cabeza, unos pocos lo hacían para cubrir la mitad del rostro y los más viejos lo llevaban en los hombros.

A las 19:30, toda la explanada estaba repleta. Los organizadores de la marcha -Coordinadora en Solidaridad con Palestina, un colectivo compuesto por diversas instituciones sociales además de la Comisión de Apoyo al Pueblo Palestino- cortaron la música lenta que sonaba de fondo y se procedió a la lectura de testimonios de palestinos que viven en la zona del conflicto y de judíos que están en contra de la ofensiva israelí. Luego, se realizó la simulación de un bombardeo en las escaleras de la Universidad, donde se pudo ver, entre humo, sonidos de bombas y chapas que vibraban, un grupo de personas que cayeron al piso portando encima nombres de palestinos fallecidos. Finalmente, fueron cubiertos por una bandera gigante de Palestina. Las banderas se alzaron, una música de tono más combativo empezó a sonar y todos comenzaron a marchar.

El recorrido estuvo encabezado por una pancarta que en letras grandes expresaba "No es una guerra, es un genocidio" y fue hasta la Embajada de Israel. Un pequeño grupo de jóvenes vestidos de negro comenzaron a cantar "Estado sionista, vos sos el terrorista" y poco a poco rebotó el eco en otros sectores. Estos cantos se alternaron con intervalos de silencio.

Una vez que se llegó al destino, el grito se convirtió en unánime, y todas las voces reclamaron "que se vaya la embajada de Israel" del Uruguay. Luego, se procedió a leer la proclama de la Coordinadora, que entre otras cosas exigió "el cese inmediato de los crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos en estos días contra la población indefensa de Gaza, y el levantamiento total del bloqueo”, “la retirada de Israel de los territorios palestinos ocupados”, el “retorno de los refugiados a sus tierras de acuerdo a la resolución 194 de la ONU”, la “libertad inmediata a todos los presos políticos palestinos, incluidos los más de 200 niños”, la aplicación de un “embargo militar internacional a Israel”, la ruptura de “todos los acuerdos económicos, culturales, militares y policiales, académicos, sindicales y sociales” con Israel y “la suspensión de relaciones diplomáticas con el estado de Israel”, lo que incluye el retiro del embajador uruguayo en ese país y la expulsión del embajador israelí del Uruguay.

Rodeados de vallas y del personal policial que protegía la sede diplomática, un grupo de personas quemó banderas de Israel y de Estados Unidos mientras se lanzaban fuegos artificiales.

Finalmente, la idea era crear un espacio de “micrófono abierto” para que se pudieran expresar todos los que querían hacerlo. Sin embargo, llegó a la concentración el Embajador Itinerante de Palestina y quiso dirigirse a los presentes, por lo que esta instancia quedó para el final. En su discurso, felicitó a los organizadores por la proclama y expresó sentirse “conmovido” por el apoyo de los uruguayos a su pueblo. A la vez, manifestó que “el antisemitismo se expresa hoy en la persecución del pueblo palestino” y que los medios tratan a su pueblo “como si no tuvieran madre, padre o hijos”. A su vez, dijo que “no hay grupos humanos que valgan más que otros” y que “el dolor no es cuantificable”. “Los palestinos no somos hijos de un Dios más chico”, señaló, antes de ser aplaudido y aclamado por todos los presentes.

Mientras tanto, las relaciones entre Israel y Palestina parecen estar lejos del acuerdo por la paz.

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